Poema dedicado por el Maestro Antonio García Gómez,
al Maestro Diego Urdiales.
DE JUNCO Y ORO
De junco y oro
se viste el aire
a tu paso,
maestro.
De afán y ángulo
se abre la mirada
amplia y
rota sobre el embroque
que cruje.
De fuerza y vértigo
se aprieta el sitio
medido y
revolea la luz
en un desplante
fiero.
De ámbar y cuajo,
dando el pecho,
la pata p´alante ,
templada la mano,
hirviente el alma,
a tempo lento,
en un encuentro mágico.
De forja y sarmiento,
de tierra y nervio,
de sueño y brillo,
de arte y verdad
seca,
sola,
frente a la suerte incierta,
de valor y cadencia,
de toque y codicia,
de fuego y agua
silente,
fértil,
por la faena imaginada
en medio del redondel,
sólo el hombre,
único el torero,
tensa la emoción por imaginarle
maestro,
toreando.