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Friday, 26 August 2011 05:19

DIEGO Y LA ENTEREZA

Otra joya sobre Diego Urdiales del profesor Antonio García Gómez


Diego Urdiales, torero y maestro de corte clásico y vocación inexpugnable, recio y sobrio, artista de una pieza, riojano de sarmiento duro y correoso y gusto exquisito y cabal, vertical y crecido ante las adversidades, modelo y hombre de luces, por verle torear con el sabor añejo de quienes saben y quieren, cuando pueden y les dejan, por no intercambiar su sentimiento hondo por la oportunidad de recibo que va y viene sin fundamento.
Diego Urdiales, sustituyendo o puesto en los carteles de postín, o méritos propios, siempre, tan indudables y contrastados como la pícara cicatería que le regatea su lugar en el firmamento de los mejores.
Diego Urdiales con el compás, de verdad y por derecho, tan de verdad y por derecho que emociona y convence, con aires de clasicismo imborrable, jugándosela en cada embestida, con el conocimiento de la suerte y entregado a ella, por el sueño que se merece y que tantas veces ha toreado a solas, con el empaque de los pequeños grandes héroes que luchan y no se rinden, se plantan en la arena y citan el envite que es la suerte, dibujando la magia templada y mandona, en tanto Diego se siente torero y artista al olé del respeto debido.
¡Suerte maestro!
Como cada vez que se inicia el paseíllo hacia la incertidumbre, con la hombría de los toreros de siempre, con el arte esculpido en un derechazo limpio y lento como una caricia.
Diego Urdiales desde la soledad de sus sueños creando belleza al compás de su muleta.
Diego Urdiales dictando, una vez más, magisterio y tauromaquia desde el coso de Vista Alegre en Bilbao, por ejemplo.


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