Diego Urdiales

Diego Urdiales

Diego Urdiales ha cosechado en el coso de La Corredera de Colmenar Viejo un triunfo rotundo cortando tres orejas, dos del primero de Zacarías Moreno, un gran toro premiado con la vuelta al ruedo al que Urdiales cuajó de principio a fin, recibiéndolo con una docena de verónicas mecidas y templadas. soltando los vuelos a cada lance y rematando con la media en los mismos medios, ya en la muleta tras unos ayudados por alto llegó una trincherilla eterna en la que tiempo pareció detenerse, siguieron dos tandas templadas y ligadas marcadas por la despaciosidad y la hondura. La última tanda de naturales a pies juntos y citando de frente tuvo pureza y sabor añejo. La estocada que hizo rodar al animal y los tendidos pidieron con fuerza los dos trofeos que el torero de Arnedo paseó con majeza.

Su segundo tuvo otra condición, algo suelto y sin entrega en los primeros tercios. El Víctor le empezó a abrir los caminos con el capote en banderillas tras una gran lidia y el de Zacarías Moreno pareció centrarse. Urdiales le planteó una faena en la que desde los doblones iniciales le dejó bien claro quien mandaba sobre la arena y en la primera tanda, perfectamente colocado y con los cites precisos le fue corriendo la mano para ligarle las tandas con temple y magisterio. Los naturales también brotaron limpios y con sentimiento y los remates finales roto de torería volvieron a levantar los tendidos de La Corredera. Un pinchazo antes de la estocada dejó el premio en una oreja.

Lunes, 30 Agosto 2021 00:00

DIEGO URDIALES INÉDITO EN CUÉLLAR

No tuvo opciones Diego Urdiales en Cuéllar, debido en gran medida al escaso juego que dieron sus dos oponentes de Manuel Blázquez, con el primero el torero de Arnedo lo intentó, pero las escasas fuerzas del animal no le permitieron desplegar su tauromaquia y con el segundo, deslucido y sin clase estuvo firme pero sin opciones de lucimiento.

Diego Urdiales dejó la impronta de su toreo en la localidad manchega de Tomelloso. Dos orejas le cortó a su primer ejemplar de Virgen María. un toro nada fácil que tenía el defecto del continuo cabeceo, cosa que deslucía las un poco series, pero Urdiales supo ir poco a poco limando esa aspereza y ya en el epílogo dejar varias series de bella factura que junto a la estocada hicieron que paseara los dos apéndices que pidió con fuerza el público. La faena a su segundo tuvo la virtud de la paciencia, la colocación y la maestría para de uno en uno y muy enfrontilado lograr pegar naturales profundos y con mucha verdad y sabor añejo. La espada truncó los trofeos, pero su toreo quedó sobre el ruedo de Tomelloso.

Diego Urdiales bordó el toreo a la verónica en el centenario coso de Calatayud. Meció el capote con suavidad y compás, jugando con la cintura, los brazos y las muñecas, hundido el mentón, ofreciendo el medio pecho y cargando la suerte a cada lance, si una era lenta, la siguiente lo era más. Los tendidos estaban ya en pie cuando en los medios remató con dos medias semejante obra de arte. Tras la vara de Manolo Burgos intentó de nuevo el lucimiento por delantales pero el Santa Coloma de Ana Romero ya había perdido parte de la inercia con que embistió de salida y a la muleta llegó con escaso recorrido, aun así el torero de Arnedo lo lució por ambos pitones en una faena de arte en la que el viento molestó en demasía, falló con la espada y perdió los trofeos pero no el reconocimiento del público que le obligó a saludar tras una gran ovación.

Su segundo, ya de salida mostró su condición, imposible en el capote y sin entrega en la muleta. Urdiales lo intentó pero fue labor imposible.

 

ASÍ LO CUENTAN


DIEGO URDIALES Y LA VERÓNICA SUBLIME

Javier Cámara en nuevecuatrouno.com

 

Dos lances de recibo necesitó Diego Urdiales para fijar la embestida de ‘Clavelito’, que hizo segundo. A partir de ahí, se creó la belleza. Y se sublimó el toreo de capa. Y se levantó un monumento a la verónica, como pocas veces se había hecho antes. Y se alcanzó la perfección. Y se tocó la gloria. Y se soñó la locura.

La cintura quebrada; el medio pecho, donde se clavaba el mentón, ofrecido al toro; la suerte cargada; los riñones hundidos; jugados los brazos con soltura, con garbo, con gracia y con suavidad. Y todo a compás. Ganando terreno. La hermosura, cada vez mayor. Como la cadencia, el gusto y el arrebato. Y también el empaque. Un olé tras otro, hasta por lo menos diez. Crujían los cimientos de la plaza de Calatayud, como crujían las almas de los allí presentes. ¡Qué barbaridad! ¡Qué torería! ¡Qué maravilla!

Rebosaron de temple las dos últimas. El sentimiento y la profundidad se hizo lance y tiene un nombre: la verónica de Diego Urdiales. Las dos medias que remataron el festín llegaron colmadas de elegancia y también de embrujo. Ya lo hizo Urdiales por Mayo en Vistalegre y hoy en Calatayud lo mejoró. La plaza celebró en pie este zenit del toreo de capa; de esta temporada y de otras pasadas. Seguro que también de años venideros. Porque torear mejor con el capote es prácticamente imposible.

Fue la cima de la tarde, de la que nos bajó la falta de recorrido de este ‘Clavelito’ de Ana Romero en la muleta. Lo cuidó Urdiales intentando alargar el muletazo, pero a la sosería del cardenito se sumó lo molesto del viento. Aún pudo dejar detalles toreros Urdiales antes de fallar con los aceros.

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URDIALES SE DEJA EL ALMA EN EL TOREO A LA VERÓNICA

Jesús Rubio en larioja.com


Qué manera de mecer el capote con suavidad y gusto, impresionante. Extraordinarios fueron todos los lances ¿10? ¿12verónicas? da igual. Nos envolvió Diego en un clima de gozo interminable, una sensación que no quieres que acabe y que cuando termina sientes que todavía no estás preparado para afrontar lo que viene luego. Complicado alcanzar ese clímax después. Saludo larguísimo que puso la plaza boca abajo, incluso antes de que rematase con dos bonitas medias bien abrochadas en la misma boca de riego Antología del toreo de capa. a medida que sacaba el toro hacia los medios, encajando siempre la figura, dormía todavía más la embestida. De escándalo fueron las verónicas que recitó concretamente por el pitón izquierdo. torerísimo. Se dejó el alma, literalmente.

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Domingo, 22 Agosto 2021 09:57

SIN OPCIONES DE TRIUNFO EN ALMAZÁN

No pudo Diego Urdiales lucir su toreo más artístico en Almazán, pero dejó para el aficionado dos faenas llenas de detalles técnicos y de un compromiso tremendo. Blandeó en los primeros tercios su primero de Soto de la Fuente pero el torero de Arnedo no desesperó y ya en la muleta poco a poco, con temple, suavidad y con los toques mínimos, lo fue asentando hasta que en el final de faena logró varias series impensables en las que los tendidos del coso soriano estallaron de júbilo.

Su segundo tuvo un poco más de aguante pero adoleció de ritmo y entrega, Urdiales lo exprimió por ambos pitones dejando los mejores lances por el izquierdo que fue por donde brotaron los naturales más profundos de la faena.


Lunes, 16 Agosto 2021 00:00

NUEVO TRIUNFO EN ALFARO

Tres orejas cortó Diego Urdiales en su regreso al coso de Alfaro, una del que abría plaza y dos de su segundo en sendas faenas cargadas de técnica y buen gusto ante un encierro de El Pilar con el que el torero de Arnedo sacó a relucir toda su experiencia y sabiduría  para conseguir emocionar a los tendidos con muletazos sentidos.

ASÍ LO CUENTAN


LA DETERMINACIÓN DE URDIALES TRIUNFA EN ALFARO

Javier Cámara en www.nuevecuatrouno.com

Dos círculos dibujó el de ‘El Pilar’ siguiendo el templado capote de Urdiales. Se terminó de atemperar el funo en otra buena brega, de ‘El Víctor’, esta vez. No terminaba de obedecer a los toques y se le coló a Urdiales dos o tres veces en la muleta.

El compromiso del de Arnedo fue total. Como su determinación y contundencia. Los vuelos al hocico en el primer cite. Luego, la muleta siempre puesta para evitar las distracciones, que en el de ‘El Pilar’ venían de serie. ¡Con qué seguridad y aplomo perdió Urdiales el paso necesario para ligar los muletazos! Excelso mando y rebosante autoridad.

También al natural consiguió enmendar la corta embestida del toro charro. Hubo trazo y temple. Limpieza, siempre. Superioridad apabullante del torero. De siglos pasados, el molinete que embelleció el momento de apuro. Como la salida por el costillar. Pinchó y paseó una oreja.

Cerraba la cara el que hizo cuarto. La vuelta de los pitones hacía más brava la expresión. No dejó estirarse a Urdiales en el recibo. Tras empujar en el caballo, salió con la cara alta. Distraído también. Brindó Urdiales al público y creó una maravilla: ¡qué inicio de faena! ¡qué trincherazos! Ganando terreno y andándole al toro como los más viejos cuentan que se hacía. ‘Bieeeeeeeen’, se escuchaba. ‘Oooooole’, esta vez. Y otro ‘bieeeen, Diego, ¡vamos los toreros!’. Un clamor. Más allá del tercio, citó de lejos. Pronto era, pero no terminaba de repetir el toro. Consiguió Urdiales pasajes de gran calidad.

Corto se quedaba por el pitón izquierdo, saliendo con la cara alta encima. Se apagó demasiado pronto. Pausó el pasodoble Urdiales y consiguió una última tanda en redondo de mucho valor. Se tiró tras la espada, que enterró en todo lo alto. Trofeos al margen (dos orejas para sumar tres en la tarde), Urdiales estuvo sensacional. Como lo que lleva de temporada.

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EL IDILIO DE URDIALES CON ALFARO SIGUE INQUEBRANTABLE

Jesús Rubio Larioja.com


Sábado, 14 Agosto 2021 00:00

DEBUT CON SELLO PROPIO EN GIJÓN

Diego Urdiales debutaba en la Feria de Begoña de Gijón y dejó sobre el ruedo de la plaza de El Bibio la impronta de su toreo despacioso y con sentimiento en dos faenas marcadas por la sutileza, la naturalidad y el compromiso. Una oreja le cortó a su primero de José Vàzquez que pudieron ser dos si no se le hubiesen atascado los aceros en su segundo.

ASÍ LO CUENTA

 

LA BELLEZA DEL TOREO DE URDIALES EN GIJÓN

Javier Càmara en www.nuevecuatrouno.com

Corretón de salida fue ‘Magosto’, encargado de abrir plaza. Una vez sujetado en el capote de Urdiales, el de José Vázquez se durmió en un lance por el pitón derecho. La despaciosa verónica levantó las cartas del toro. O todo por el derecho o nada.

El exquisito temple del toro chocaba con la falta de fijeza y la condición huidiza de este. Las adormecidas embestidas en los vuelos de la muleta parecían restar valor a la labor del riojano. Hasta que llegó el atropello y con él, de la mano, el mérito. ¡Qué despacito estaba toreando Urdiales! Tiró de él hasta detrás de la cadera. Pulseada la embestida, fabuloso el trazo. ¡Qué paz daba ver aquello!

Muy cerca de la barriga del riojano terminaban los pitones cuando el de Arnedo citó por el izquierdo. Trincherillas y ayudados como recurso y vuelta al lado bueno. Insistió Urdiales entonces con ir a los medios y el toro con tirar para tablas. Parecieron reñir. Un gran estoconazo terminó con la discusión.

Volvió a brillar la cuadrilla de Urdiales en el cuarto. Burgos se sujetó a la perfección a caballo. ‘Pirri’ y Tirado parearon con facilidad y ‘El Víctor’ acompasó en la brega la rebrincada embestida del toro. Brindó Urdiales al público y deleitó en un inicio de faena rebosante de torería y sabor rodilla en tierra. La trincherilla, una joya.

Que no se terminara de alejar de los vuelos de la muleta la sosa embestida por el pitón derecho sirvió para que Urdiales ofreciera una lección de toreo al natural. Primero a media altura. Fue salpicando los mandones después y obró el milagro más tarde. Porque ‘Decisivo’ era de corto recorrido y, pese a ello, Urdiales dibujó muletazos de increíble belleza. ¡Y los ligó!

Un paso perdido por instinto. Casi inapreciable. Humillado el toro, recién superado el zénit del natural y con la franela aún arrastrada. Era entonces cuando el riojano giraba sobre sí y seguía tirando del toro para dar consistencia a tanta belleza. Ni un hilván, ni un pespunte. Cosido todo. De verdad y de torería. También de empaque. La reunión fue máxima, como la rendición de Gijón ante el riojano. Magníficos los de pecho. Tres fueron las tandas de tanta belleza. ¡Vaya con el debutante!

Antes de cerrar la obra con trincherillas y ayudados, dos de cada, hubo un derechazo gozoso. Pero pinchó y se atascó con el descabello para emborronar lo más valioso de la tarde. Una pena.

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Diego Urdiales desbordó de torería las arenas de Plumaçon en la matinal de este sábado 24 de julio. a su primero de embestidas bruscas y violentas Urdiales le administró mando, sometimiento y temple hasta lograr componer dos series cadenciosas en las que el de Alcurrucén fue más entregado. En su segundo Urdiales esculpió los mejores muletazos de la mañana. ofreciendo el pecho, jugando con la cintura, las muñecas sueltas y los vuelos embebiendo la embestida huidiza y en los primeros muletazos descompuesta del burel. No fueron series ligadas pero los muletazos sueltos brotaban con tanta naturalidad y pureza que los tendidos del coso de Mont de Marsan no pudieron más que rendirse a la torería del torero de Arnedo que tras un pinchazo y una estocada fulminante paseó ell único trofeo de la matinal gala.


ASÍ LO CUENTA

Javier Cámara en  NueveCuatroUno.com

 

 

Toda una tauromaquia resumida en dos obras. Un forma de entender el toreo (y de hacerlo) compendiado en una mañana. Catorce horas separan los sucesos de hoy en Mont de Marsan de los de ayer en Santander. ¡Cuánta grandeza en tan poco tiempo! Demasiada belleza agolpada. Mucha sapiencia arremolinada. Y valor. Y delicadeza. Porque de lo uno rebosó la faena al primero y de lo otro la obra culmen al cuarto. Urdiales, un torero en sazón; un maestro en plenitud. Un artista colosal.

Luto guardaron en la divisa los bien presentados toros de Alcurrucén en recuerdo de su criador, Pablo Lozano. La congoja la llevaban dentro, porque, lejos de regalar nada, todos desarrollaron complicaciones.

Frío y parado, necesitó sentir el hierro de la puya para despertar la malicia que llevaba dentro, se presentó el primero. Hasta tres veces lo llevó al caballo Urdiales y el toro se fue por libre en otras dos ocasiones al que guardaba la puerta. Desordenada la lidia y agravada por las pequeñas dimensiones del ruedo. Violento y hasta soltando la cara llegó a la muleta de Urdiales. Una prenda, este único cinqueño de nombre ‘Rompecharcos’. Sabedor de lo malaje que era, Urdiales no se excedió en probaturas y comenzó a imprimir mando y sometimiento ya en la primera serie. Mucho valor hacía falta para dominar aquello y presto estaba ahí el de Diego. Aquel toro bronco y desobediente terminó por entregarse. Urdiales le indicó el camino con la ayuda en dos naturales tan despaciosos como grandiosos. La trincherilla anunció una última serie por el pitón derecho. ¡Cuánta autoridad! ¡Cuánto poder! Faena medida en tiempo y composición. Batalla ganada. Aplastante victoria. Dejó un pinchazo arriba y acertó con la cruceta a la primera.

De diferente registro fue la obra al cuarto. La que más trascenderá. La de la belleza supina. Pero cuidado, porque el toreo no entiende de belleza sin valor. A Dios gracias, Urdiales atesora lo uno y lo otro.

Largo fue el capotazo de ‘El Víctor’ para recoger al toro del caballo, tras el buen trabajo del picador Alberto Sandoval. Galopó en banderillas y dio la sensación de querer embestir con todo. Generoso Urdiales, comenzó por ayudados por alto. Ni aquello parecía fácil ni tampoco lo era. Silenció la música el riojano. Necesito pensar pareció decir. Y pensó y dio con la clave. Atemperado el de ‘Alcurrucén’ salía del muletazo distraído y con la cara alta. Pero era de embroque generoso y embestida acompasada. Y hete ahí que Urdiales bordó el toreo. Un toreo desnudo. Solo toreo. Los vuelos al hocico, la cadera encajada, la cintura mecida, los riñones hundidos y el mentón clavado en el pecho que ofrecía al toro. Tan sencillo como atípico en estos tiempos. Uno, dos, tres… ¡Quince carteles de toros! O más. ¡Y qué más da cuántos fueron! Brotaban perfectos. Qué suavidad. Qué delicadeza. Qué dulce era todo. Hubo desmayo, mucha naturalidad, verticalidad y sencillez. Lo que es el toreo, vamos. Un toreo que sale del alma y se hace con el corazón. Os lo digo de verdad. ¡Cómo estuvo Diego!

Sonó el aviso toreando. Le costó cuadrarlo y se lo llevó a los medios para matarlo. Como si quisiera redondear… No hacía falta. Para qué más. Pinchó y, ahora sí en la suerte contraria, recetó una estocada perfecta. De ahí a que el toro doblase distó la nota del segundo aviso. Oreja a una obra de arte.

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Viernes, 23 Julio 2021 19:20

GRAN TARDE DE DIEGO URDIALES EN SANTANDER

Diego Urdiales ha brindado una gran tarde a los aficionados que casi  llenaban el aforo permitido del coso de Cuatro Caminos de Santander. Cortó una oreja a su primero y recogió una gran ovación desde el tercio del que hacía cuarto.

Inició Urdiales la faena al segundo de la tarde intercalando ayudados por alto y por bajo, todo ello con despaciosidad, que fue la tónica general de la faena. El de la Ventana del Puerto no admitía series largas y así lo entendió el de Arnedo, siempre bien colocado y presentando los engaños con pureza y naturalidad para interpretar series cortas pero intensas. Las dos últimas series, una al natural y otra por el derecho, elevaron la temperatura de los tendidos por su profundidad y su torería. La estocada entera hizo doblar al toro y el riojano paseó la primera y a la postre única oreja de la tarde.

Su segundo de El Puerto de San Lorenzo se vino abajo en el último tercio, pero Urdiales no cejó en su empeño y lo exprimió al máximo por la vía del temple y la colocación. De nuevo la espada entró hasta la bola y recogió una gran ovación desde el tercio.

 

ASÍ LO HAN CONTADO


URDIALES CONQUISTA SANTANDER CON UNA FAENA BELLA Y SENCILLA

Jesús Rubio en larioja.com

Santander fue este viernes punto de reencuentro de muchos aficionados riojanos que buscaron en esta plaza del norte una vía para sentir el toreo. Peregrinamos a Cuatro Caminos ante el reclamo de uno de los carteles estrella de la temporada. Los primeros compases de Urdiales con el capote a su primero fueron fríos. El de Arnedo trató de fijar la embestida de un toro que salió abanto de chiqueros. Con pases por alto y a dos manos lo recibió con la muleta a ras de tablas, un prólogo añejo antes de formar faena en los medios.

Urdiales tomó la franela con la diestra, y con ella tiró de un toro que comenzó a quedarse corto pronto. Supo esperar. Fueron tandas breves, dando tiempos y forma. Muy inteligente, buscando el ritmo. Y en ese compás de toreo suave y cuidado, el toro tomó aire y regaló dos series en las que embistió con brío y le permitió a Urdiales dejar muletazos largos y muy toreros. Fue una obra sencilla, trabajada, y en la que hubo pasajes de hondura en el toreo fundamental. Cuadró al animal y tras una estocada cortó una oreja.

Desentendiéndose de los capotes y algo asustadizo salió el segundo de su lote, el de El Puerto. Tardó en meterlo en los vuelos, pero lo bregó bien y buscando los terrenos lo consiguió. Hubo verónicas muy serias en ese recibo largo que cerró en los medios con una bonita media. Lo intentó con la muleta a diferentes alturas, pero el animal no rompió. Tomaba los vuelos sin clase ni entrega, y aquello fue misión imposible.

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URDIALES, ROTUNDO SE LLEVA LA TARDE DEL ARTE

Javier Cámara en NueveCuatroUno.com

 

Imponía el cartel. Como lo hizo el paseíllo que, después de roto, hubo de detenerse para mostrar respeto y honor al himno nacional. A la derecha Urdiales, en el centro Aguado y más allá Morante. El cartel soñado, o uno con los que se fantasea. Todo un examen para el torero de Arnedo. Examen de Arte, se entiende. Y Urdiales no solo aprobó, sacó nota. Nota muy alta. Se licenció en Arte hoy el riojano, si es que aún no lo estaba. Y todo, delante de la cátedra del toreo de pinturero del presente: Morante y Aguado. Toma ya.

Abanto de salida, le costó a Diego fijar las embestidas del que hizo segundo. Derribó en un primer encuentro y Urdiales lo volvió a colocar en suerte con suma facilidad. Se lució Óscar Bernal esta vez con la puya y el de la ‘Ventana del Puerto’ sacó pies en banderillas. Galopó al mismo ritmo que iban apareciendo las buenas expectativas. Urdiales lo vio y brindó al público. Toreo a dos manos por alto en un inicio que ayudó a que el animal se definiera. Mejor por el derecho. Más largo y con mayor profundidad. Hasta se llegó a rebozar por ese pitón en dos de estos lances cautelosos. Pronto y en la mano. La franela en la diestra; no terminó de romper el toro en esa primera serie salpicada con molinete y trincherilla. Torerísimos ambos.

La noble condición de ‘Parasolillo’ empezaba a despuntar. Hubo naturales ahora de gran enjundia, mejor trazo y superior temple. De uno en uno, pero dentro de una serie magistral. Porque Urdiales supo dar un brevísimo tiempo entre muletazo y muletazo. Casi inapreciable. Por lo corto y porque siempre se quedó bien colocado. Ni un paso tuvo que perder. La figura siempre encajada. El mentón hundido y el medio pecho al toro. Colosal el de pecho y otra vez al pitón bueno. Ahora, con el toro rendido, ya mejor. La última tanda en redondo, monumental. Temple, hondura, trazo y mando. ¡Qué lección!

Fueron no más de veinticinco muletazos. Todos con sentido. Cada uno con un porqué. Y la estocada arriba. ‘El que quiera más, que venga mañana’, ya lo dijo Belmonte. Y mañana habrá más, en la francesa Mont de Marsan. Seguro.

La cuadrilla de Urdiales rayó la perfección en el quinto. Soberbio Manuel Burgos a caballo. Majestuoso el temple y la largura del capote de ‘El Víctor’. ‘Pirri’ y Tirado brillaron con los palos y saludaron. Pero ‘Cantillano’ acusó la querencia y apretó hacia los adentros hasta que se vino abajo, que no fue muy tarde. Entendió Urdiales a su enemigo y estuvo muy por encima de él. Colocación, valor, temple y decisión. Gran ovación al que se acababa de licenciar en esto que llaman arte.

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Sábado, 10 Julio 2021 00:00

UNA OREJA EN EL REGRESO A SORIA

No tuvo en suerte el mejor lote Diego Urdiales para su regreso al coso de Soria. un primero sin alma y un segundo incierto al que le costaba arrancarse a la muleta pero que cuando, gracias a la técnica y el valor que derrochó el de Arnedo, hacía por la franela, embestía con violencia y sin clase alguna, aun así logró estructurar una faena que poco a poco fue calando en los tendidos, sin lucimiento pero con una gran verdad en todos sus lances y tras una estocada algo caída, paseó una oreja del de Román Sorando.


...Es lo que ha hecho Diego Urdiales en Soria ante el segundo toro de su lote. Hondo y cuajado, le permitió al de Arnedo estirarse a la verónica para llegar con pies y apretando en banderillas, luego de acudir en dos ocasiones al cabello de picar. La brusquedad fue la nota predominante del de Román Sorando. De embroque violento y ritmo incierto, lo mismo apretaba que amagaba con salirse de los vuelos de la muleta del riojano. Firme Urdiales, tragó dejando siempre puesta una muleta que el toro nunca tropezó. He ahí el temple: no pausado ni delicado, pero sí seguro y constante. El requerido por un toro de cabeceo impetuoso también. Técnica, determinación y valor para firmar un trasteo esforzado, siempre en los mismos terrenos. Diferente a lo que acostumbra, pero acorde a lo exigido por el guion fue la versión ofrecida por el riojano hoy en Soria. La estocada cayó baja y Urdiales paseó un trofeo.

El primero de la tarde salió ya sin alma y sin nada dentro. Recibió numerosos capotazos y en ninguno se empleó. Uno o dos muletazos de temple pulseado le robó Urdiales con la franela. Media tendida tras el abrevio acertado y obligado. Un público agradecido, en su mayoría riojano, le obligó a saludar desde el tercio.

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